¿Ha vuelto la cuestión saharaui a la casilla de salida después del 13 de noviembre de 2020?
Algunos creen que la cuestión saharaui ha vuelto a la casilla de salida tras la reanudación de la lucha armada el 13 de noviembre de 2020. Sin embargo, la verdad es que este desarrollo no fue un retroceso, sino el fin de una etapa del statu quo que la ocupación intentó imponer para siempre. Fue un paso que reveló claramente el grado de complicidad internacional contra las aspiraciones del pueblo saharaui, aunque esta complicidad no es nueva.
Muchos saharauis consideran que la cuestión atraviesa hoy una fase crítica, especialmente tras el fracaso del “plan de paz ilusorio”, como señaló el presidente Brahim Ghali en uno de sus discursos, llamando a la vigilancia nacional y a asumir la responsabilidad histórica por parte de cada saharaui, dondequiera que se encuentre geográficamente o la naturaleza de su trabajo.
A pesar de la dificultad de esta etapa, el pueblo saharaui avanza en la dirección correcta hacia la independencia total. Ha superado el obstáculo más peligroso, que fue el intento de engañarlo con falsas promesas, como las que se hicieron a principios de los años noventa. En 1991, se estableció un alto el fuego a cambio de un compromiso de la ONU para realizar un referéndum de autodeterminación, pero esta promesa no se cumplió. Hoy, el pueblo saharaui está más consciente y maduro, y no puede ser engañado de nuevo con planes que han demostrado ser un fracaso y una traición. La experiencia histórica le ha enseñado que la libertad no se concede, sino que se conquista con lucha, paciencia y resistencia.
La cuestión saharaui no es simplemente un conflicto político, sino la causa de un pueblo cuya existencia y destino están ligados a ella. Esta cuestión no puede retroceder, y mucho menos volver a la casilla de salida, porque el pueblo saharaui ha acumulado más de cincuenta años de experiencia y resistencia, y hoy está más decidido que nunca a alcanzar su objetivo legítimo.
El pueblo saharaui ya no es como en los años noventa. Ya no confía en las promesas del derecho internacional, sino que basa su esperanza en su conciencia acumulada, el desarrollo de sus instituciones y sus capacidades propias. Por otro lado, el ejército marroquí ya no es aquel ejército que imaginaba poder resolver la batalla en pocos días, sino que hoy está en posición defensiva detrás de cinturones de seguridad, sufriendo un desgaste estratégico tras 16 años de derrotas.
La ocupación marroquí ha utilizado todas sus herramientas para intentar legitimar la ocupación, imponiendo el statu quo por la fuerza, demonizando la lucha saharaui y buscando organizar un referéndum con resultados predeterminados mediante la integración de grandes cantidades de marroquíes en las listas de votantes.
Pero el pueblo saharaui aún posee muchas opciones para imponer su independencia, entre las más destacadas: el desarrollo de las herramientas del Ejército Popular Saharaui, especialmente en el ámbito de los drones, además de la opción de organizar un levantamiento armado en los territorios ocupados, que podría redefinir el equilibrio de fuerzas e imponer la opción de la independencia total como una realidad ineludible.
✍️ Mijek Media
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